La luz de Jesús
Hace más de 2000 años, en un día parecido a este, el amor de Dios se hizo carne y hueso y entró en nuestra dimensión humana trayendo luz en medio de un mundo que estaba tinieblas, separado de Dios, a causa del pecado. Ese amor se llama Jesús.
El capítulo 1 de Juan bien nos describe este gran acontecimiento. Todas las cosas fueron hechas por El y para El. En El esta nuestra luz y nuestra esperanza de vida. Jesús vino al mundo a reconciliarnos con el Padre y a traernos vida eterna en El.
En aquella hermosa noche, Dios uso sus ángeles en un evento sobrenatural para guiar a unos pastores y unos sabios hasta donde se encontraba el Rey y Salvador del mundo. Los ángeles guiaron a los pastores y la estrella de Belén guio a los sabios. Sin duda alguna, era un evento sin precedentes. Había nacido la profecía, la promesa de redención, el Mesías profetizado y esperado. Las buenas nuevas de salvación que traerían la luz a este mundo en oscuras.
¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! – gritaban los ángeles del cielo, alabando a Dios y glorificando a Su Hijo. Había fiesta y alegría, gozo en el cielo y en la tierra por el gran acontecimiento. Nació Jesús! Nació el Cristo! Nació el Redentor!
En Juan 8:12 Jesús nos dice: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz del mundo.”
En este día tan hermoso, quiero dejarte con este mensaje:
Jesús vino a mí y a ti para traernos luz, esperanza, perdón. Vino a reconciliar la relación de Dios con su creación, con nosotros. No sigas viviendo dándole la espalda a Dios, tu creador. Dios está esperando por ti. Él quiere ayudarte, quiere sanar tus heridas, quiere restaurar lo que esta dañado o roto en tu vida. Quiere ser tu socorro, tu sustento, tu aliento, tu esperanza. Quiere ser tu Dios, tu Padre, tu amigo, tu guía. Su Espíritu Santo quiere guiarte a toda Su verdad, quiere guiarte a Su amor.
Si este mensaje ha tocado tu corazón y tu alma, no le cierres la puerta al que está tocándola. Jesús quiere entrar en tu vida y ser tu luz. Recíbelo! Dile: “Jesús quiero que entres en mi vida y me sanes”. El quiere nacer en tu vida, alumbrar los pasillos de tu alma, traer perdón, reconciliación, paz. Deja que Jesús encienda la luz que guie tus pasos hacia el propósito que El tiene para ti. Déjalo brillar en tu corazón. No temas, Él sabe lo que hace. Tú solo confía en Él y todo estará bien.
Y cuando al fin encuentres esa luz, deja que brille para otros. No la escondas. Lucas 11:33 dice que la luz encendida no se esconde, se pone en el candelero para que los que entren puedan ser alumbrados y la vean. Se tú luz para otros que están en tinieblas. Enseña lo que has aprendido, predica a otros del amor de Jesús. Así estarás cumpliendo su voluntad para tu vida .
